Hace ya poco mas de un año que empecé ese viaje imaginario, equivoqué el rumbo mas de una vez, desandé caminos y volví a rutas olvidadas, sentí pasión por llegar a algún lugar que creía inalcanzable, pero pasó el tiempo y pasó y un día sentí que esa pasión ya no era tal.
Hoy sigo viajando, Kuala Lumpur es solo una meta pero mas trascendente es el camino.
Quizás por eso me alejé de los medios rápidos, por momentos me separo bastante de las vias férreas, a veces subo a trenes que recorren lugares que yo no imaginaba y me aparto de la visión lineal.
Son trenes que no me llevan a ninguna parte, aunque son viajes que necesito realizar.
Veré si me sirven.
Esto de estar yendo a veces sin saber hacia donde, tiene su encanto, uno descubre nuevos lugares y situaciones y se descubre sintiendo, pensando o haciendo frente a algo diferente.
A veces nos pega el malestar del trillado "es mas de lo mismo", pero bueno lo maravilloso de lo humano es que el concepto "es siempre igual" es definitivamente falaz, ni personas ni situaciones ni momentos ni emociones ni sentimientos son iguales, a veces solo lo parecen.
A veces alcanza con ponerse solo un milímetro de costado para darse cuenta q todo es siempre distinto.
El drama humano es que para muchos, corrernos solo ese milimetro nos lleva toda una vida y a veces no podemos.
Yo sigo caminando, lo hago con firmeza, aunque a veces algo despatarrado porque tanto mi pie derecho como el izquierdo se sienten libres y no
se consultan para avanzar, el tema es que a veces no acuerdan la dirección.
Pero me muevo, sigo explorando y conociendo lugares. En medio de mis contradicciones acuerdo con personas, con situaciones y con mis propias
emociones, otras veces cuestiono todo con mucha severidad y extrema desconfianza.